Los despropósitos en la elección extraordinaria para elegir a jueces y magistrados el próximo 1º de junio siguen acumulándose. Se tiene previsto que en su sesión de mañana miércoles, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) votará el proyecto del magistrado Felipe de la Mata Pizaña, que busca reducir drásticamente el tiempo que el INE tendrá en radio y televisión para difundir este proceso electoral. De aprobarse, el Instituto solo contará con 6 minutos diarios en radio y 4 minutos con 55 segundos en televisión, con un límite total de 40 minutos durante toda la campaña.
¡Hágame usted el favor! Se trata de 881 cargos en juego, pero pareciera que lo que buscan es que la ciudadanía no se entere de lo que va a votar. Si hasta ahora ha sido escasa la información en medios electrónicos, esta medida prácticamente condena la elección al desconocimiento. Pocos votantes saben qué hace un juez federal, en qué se diferencia un magistrado de un ministro, o cómo se estructura el nuevo Poder Judicial.
El argumento de que los partidos no participan en la contienda no justifica limitar la difusión. La reforma ya fue aprobada y más del 60% de la ciudadanía la respalda. Entonces, ¿por qué algunos partidos están obsesionados con minimizar la visibilidad de este proceso? Su interferencia es inaceptable, buscan torpedear la elección desde dentro.
Si el TEPJF aprueba esta propuesta, será cómplice de que la pírrica difusión del proceso deje en la oscuridad a millones de electores. Además, seguirá maniatando al INE, que carga en solitario con la responsabilidad de organizar la elección, mientras las instituciones que deberían respaldarla se desentienden.
El Artículo 49 de la Constitución establece que los tres poderes de la Unión deben estar en equilibrio, pero parece que el Judicial sigue siendo el patito feo de la democracia.
Mañana sabremos si el TEPJF defiende el derecho de la ciudadanía a estar informada o si, una vez más, la partidocracia se impone sobre la razón constitucional.